martes, 1 de septiembre de 2009

¿que paso que paso? la policía llegó!


La madrugada trajo lluvia y las ráfagas del viento limpiaron el extravagante calor de agosto. Amanecí con la ciudad húmeda y los rayitos de sol filtrándose por una extensa marea de nubes. Los lunes por la mañana suele ser irritante la calle, el ritmo acelerado cobra vigor tras un domingo con algo de quietud. Así mismo para mí las obligaciones se presentaron. Sin un centavo y sin tarjeta de débito, mi único remedio para cubrir mis “necesidades” se reducía a ir al banco, y es que sinceramente es una de las situaciones que mas detesto transcurrir. 12 y 30 del mediodía, pleno centro y un panorama ya trillado, cargado de apuros y de ruido. Las caras largas, el insulto a viva voz de los automovilistas, la basura rebalsando los containers, y tantas otras cualidades que pertenecen al espectáculo de la vida en la ciudad. Ya preparada, después de haber tomado unos mates, una ducha y algunas pitadas, con marley en mis oídos decidí partir, bailando claro. Cuando salí de mi casa, descubrí que varios ingredientes habían sido sumados a la clásica escena con la que me encontraba, dos móviles de la policía estacionados con varios oficiales en ellos, en la esquina paseaban los gendarmes, me pareció raro, algo exagerado, que suele darse en los momentos en que “algo pasa” fuera de la cotidianeidad, de encontrar a un par de policías indagando a una moto afuera de tribunales federales, que precisamente queda frente a mi casa. Olvidé el acontecimiento apenas termino de sucederse y me dirigí a mis trámites, que me infiltraban dentro de una absurda burocracia la cual ya me parece graciosa. Entré al banco y si, lo mismo de siempre, me acerque a una chica que esta en la puerta y le pedí un papel para hacer una extracción por caja, ella me cae bien aunque solo tuve contacto un par de veces por la misma razón, ella tal vez sepa lo que yo pienso, y quien dice que no piense igual, nada dice que allí este trabajando, no me encierro en prejuicios, ella me sonríe cómplice cuando entro y me retiro. hice una extensa fila en la que pude percibir el silencio y la distancia de cada uno que era participe de ella, la ansiedad y el no saber que pensar para que pase el tiempo, para por fin irse de ese lugar, lo que me llama siempre la atención es que casi nadie se habla cuando están ahí, se miran con una mirada ajena, tan solo llego mi turno, pase por el señor que me da la plata y me hace firmar y poner mi numero de documento en un papel, escuchar como se queja de que una embarazada por su cualidad de tal paso antes en la fila y le dijo “estoy embarazada”, el dice en voz alta como hablando con todos lo que ahí estábamos “no se la veía tan mal a la chica, me da bronca cuando te muestran la panza” y se ríe. yo seguía con la mirada en el hueco del vidrio que nos separaba, reprimiendo las ganas de contestarle, pero sabia que no valía la pena, pues semejante acotación no merece siquiera respuesta, menos por parte de una mujer. Recordé que la chica no solo estaba embaraza sino que venia con un cochecito con un bebe y una niña de pocos años caminando a su lado y moviéndose de acá para allá. Ya estaba afuera. Caminé unas cuadras hasta mi casa en las cuales frene en un kiosco para comprar cigarrillos, en el cual también hice fila! cuando estaba llegando a la esquina, volví a ver policías, esta vez eran mas y también había vallas de seguridad en la calle, yo seguí bailando y pude sentir como algunas de sus miradas de reojo se postraban sobre mi, sonreí, sabiéndolo. en la puerta de mi edificio estaba el portero, al cual no dude en preguntarle que era lo que estaba pasando que había tantos uniformados, porque los había de azules, de marrón y de verde, el me respondió que hoy comenzaba el primer juicio de lesa humanidad a los represores de la ultima dictadura militar acá en rosario, acoto riendo que había que portarse bien porque podían llevarnos presos a nosotros, y yo pensé en voz alta, salpicando mis palabras diciendo que ellos mismos tendrían que llevarse presos. Ahí estaban agrupados como escolares en rondas, hablando entre ellos, dándose vuelta para señalar con sus ojos, con sus caras burlonas, sus chalecos antibalas, sus armas cargadas en el cinturón, y puedo ver como de a ratos la acarician como acomodándolas, como conmemorando que la tienen, y ahora mismo recuerdo un verso bíblico que dice:”mantente alejado del hombre que tiene el poder de matar y no sentirás miedo a la muerte”. Es que si, lamentablemente cada uno de ellos tiene el poder de matar, las metralletas en sus manos me lo hacen saber. me alejo rompiendo el silencio con una canción, anhelando justicia y gozando de mi libertad, deseando igualdad y disfrutando de mi libertad, queriendo verdad y riendo con mi libertad, entonces pienso que todo eso que en el mundo no existe, en mi si, porque dentro mío todos gozamos de nuestros derechos y es la libertad que me concede esa posibilidad de elegir como regir mi propio ser con el resto, con los cuales trato de ser uno, hermanos, cuando miro afuera veo que no es tan bello, por eso la fuerza de luchar, por lo que uno siente e imagina, por lo que uno es y somos todos, uno, simplemente eso.

versiculo uno: "no sabrán que existes hasta que no muestres quien eres".

cada día nos trae nuevas experiencias.
cada historia nos enseña algo.
cada vida hace nacer algo.
es la simpleza de pertenecer al momento la que me inspira.
mi realidad particular dentro de una realidad única que somos todos.